domingo, mayo 22, 2011

ORIGEN DE ESTA DEVOCIÓN



En la antigüedad, los romanos y los griegos solían coronar con rosas a las estatuas que representaban a sus dioses, como símbolo del ofrecimiento de sus corazones. La palabra “rosario” significa "corona de rosas".

Siguiendo esta tradición, las mujeres cristianas que eran llevadas al martirio por los romanos, marchaban por el Coliseo vestidas con sus ropas más vistosas y con sus cabezas adornadas de coronas de rosas, como símbolo de alegría y de la entrega de sus corazones al ir al encuentro de Dios. Por la noche, los cristianos recogían sus coronas y por cada rosa, recitaban una oración o un salmo por el eterno descanso del alma de las mártires.

La Iglesia recomendó entonces rezar el rosario, el cual consistía en recitar los 150 salmos de David, pues era considerada una oración sumamente agradable a Dios y fuente de innumerables gracias para aquellos que la rezaran. Sin embargo, esta recomendación sólo la seguían las personas cultas y letradas pero no la mayoría de los cristianos. Por esto, la Iglesia sugirió que aquellos que no supieran leer, suplantaran los 150 salmos por 150 Avemarías, divididas en quince decenas. A este “rosario corto” se le llamó “el salterio de la Virgen”.

Cuenta la Historia que un día, a finales del siglo XII, Santo Domingo de Guzmán quien sufría mucho al ver que la gravedad de los pecados de la gente estaba impidiendo la conversión de los albigenses, decidió ir al bosque a rezar. Estuvo en oración tres días y tres noches haciendo penitencia y flagelándose hasta perder el sentido. En este momento, se le apareció la Virgen con tres ángeles y le dijo que la mejor arma para convertir a las almas duras no era la flagelación, sino el rezo de su salterio. Santo Domingo se dirigió en ese mismo momento a la catedral de Toulouse, sonaron las campanas y la gente se reunió para escucharlo. Cuando iba a empezar a hablar, se soltó una tormenta con rayos y viento muy fuerte que hizo que la gente se asustara. Todos los presentes pudieron ver que la imagen de la Virgen que estaba en la catedral alzaba tres veces los brazos hacia el Cielo. Santo Domingo empezó a rezar el salterio de la Virgen y la tormenta se terminó.

En otra ocasión, Santo Domingo tenía que dar un sermón en la Iglesia de Notre Dame en París con motivo de la fiesta de San Juan y, antes de hacerlo, rezó el Rosario. La Virgen se le apareció y le dijo que su sermón estaba bien, pero que mejor lo cambiara y le entregó un libro con imágenes, en el cual le explicaba lo mucho que gustaba a Dios el rosario de Avemarías porque le recordaba ciento cincuenta veces el momento en que la humanidad, representada por María, había aceptado a su Hijo como Salvador. Santo Domingo cambió su homilía y habló de la devoción del Rosario y la gente comenzó a rezarlo con devoción, a vivir cristianamente y a dejar atrás sus malos hábitos. Santo Domingo murió en 1221, después de una vida en la que se dedicó a predicar y hacer popular la devoción del Rosario entre las gentes de todas las clases sociales para el sufragio de las almas del Purgatorio, para el triunfo sobre el mal y prosperidad de la Santa Madre de la Iglesia.

El rezo del Rosario mantuvo su fervor por cien años después de la muerte de Santo Domingo y empezó a ser olvidado.

En 1349, hubo en Europa una terrible epidemia de peste a la que se le llamó ¨la muerte negra” en la que murieron muchísimas personas. Fue entonces cuando el fraile Alan de la Roche, superior de los dominicos en la misma provincia de Francia donde había comenzado la devoción al Rosario, tuvo una aparición, en la cual Jesús, la Virgen y Santo Domingo le pidieron que reviviera la antigua costumbre del rezo del Santo Rosario. El Padre Alan comenzó esta labor de propagación junto con todos los frailes dominicos en 1460. Ellos le dieron la forma que tiene actualmente, con la aprobación eclesiástica. A partir de entonces, esta devoción se extendió en toda la Iglesia.

¿Cuándo se instituyó formalmente esta fiesta?

El 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo la batalla naval de Lepanto en la cual los cristianos vencieron a los turcos. Los cristianos sabían que si perdían esta batalla su religión podía peligrar y por esta razón confiaron en la ayuda de Dios, a través de la intercesión de la Santísima Virgen. El Papa San Pío V pidió a los cristianos rezar el rosario por la flota. En Roma estaba el Papa despachando asuntos cuando de pronto se levantó y anunció que sabía que la flota cristiana había sido victoriosa. Ordenó el toque de campanas y una procesión. Días más tarde llegaron los mensajeros con la noticia oficial del triunfo cristiano. Posteriormente, instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre.

Un año más tarde, Gregorio XIII cambió el nombre de la fiesta por el de Nuestra Señora del Rosario y determinó que se celebrase el primer domingo de Octubre (día en que se había ganado la batalla). Actualmente se celebra la fiesta del Rosario el 7 de Octubre y algunos dominicos siguen celebrándola el primer domingo del mes.

La fuerza del Rosario A lo largo de la historia se ha visto como el rezo del Santo Rosario pone al demonio fuera de la ruta del hombre y de la Iglesia. Llena de bendiciones a quienes lo rezan con devoción. Nuestra Madre del Cielo ha seguido promoviéndolo, principalmente en sus apariciones a los pastorcillos de Fátima.

El Rosario es una verdadera fuente de gracias. María es medianera de las gracias de Dios. Dios ha querido que muchas gracias nos lleguen por su conducto, ya que fue por ella que nos llegó la salvación.

Todo cristiano puede rezar el Rosario. Es una oración muy completa, ya que requiere del empleo simultáneo de tres potencias de la persona: física, vocal y espiritual. Las cuentas favorecen la concentración de la mente.

Rezar el Rosario es como llevar diez flores a María en cada misterio. Es una manera de repetirle muchas veces lo mucho que la queremos. El amor y la piedad no se cansan nunca de repetir con frecuencia las mismas palabras, porque siempre contienen algo nuevo. Si lo rezamos todos los días, la Virgen nos llenará de gracias y nos ayudará a llegar al Cielo. María intercede por nosotros sus hijos y no nos deja de premiar con su ayuda. Al rezarlo, recordamos con la mente y el corazón los misterios de la vida de Jesús y los misterios de la conducta admirable de María: los gozosos, los dolorosos, los luminosos y los gloriosos. Nos metemos en las escenas evangélicas: Belén, Nazaret, Jerusalén, el huerto de los Olivos, el Calvario, María al pie de la cruz, Cristo resucitado, el Cielo, todo esto pasa por nuestra mente mientras nuestros labios oran. Los Misterios Los veinte misterios que se rezan nos recuerdan la vida de Jesús y, dependiendo del día, se rezan de la siguiente forma:

LUNES Y SÁBADO MISTERIOS GOZOSOS VIRTUD (sugerida) 1. La Anunciación del ángel a la Virgen. La obediencia. 2. La Visita de la Virgen a su prima Isabel. Amor al prójimo. 3. El Nacimiento del Hijo de Dios. Desprendimiento 4. La Presentación del niño Jesús en el templo. Pureza de intención. 5. El Niño Jesús perdido y hallado en el templo Sabiduría en cosas de Dios.

MARTES Y VIERNES MISTERIOS DOLOROSOS VIRTUD (sugerida) 1. La Oración de Jesús en el huerto. Verdadero arrepentimiento de los pecados. 2. La flagelación de nuestro Señor Jesucristo. Espíritu de sacrificio 3. La coronación de espinas. Desapego a lo material 4. Jesucristo es cargado con la Cruz. Paciencia por mi cruz. 5. La crucifixión de nuestro Señor Jesucristo. Generosidad

MIERCOLES Y DOMINGOS. MISTERIOS GLORIOSOS VIRTUD (sugerida) 1. La Resurrección de Jesucristo. Fe, Esperanza y Caridad 2. La Ascensión del Señor a los Cielos. Deseo de ir al Cielo 3. La venida del Espíritu Santo. Deseo de vivir en Gracia 4. La Asunción de la Virgen a los Cielos. Amor a María 5. La Coronación de la Virgen en los Cielos. Perseverancia

JUEVES. MISTERIOS LUMINOSOS 1. El Bautismo de Jesús en el Jordán 2 Co 5, 21; . Mt 3, 17. 2. Las bodas de Caná; Jn 2, 1-12. 3. El anuncio del Reino de Dios Mc 1, 15; Mc 2. 3-13; Lc 47-48. 4. La Transfiguración; Lc 9, 35. 5. La Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual. Jn13, 1. 

Oraciones de la Legión de María


1. Oraciones que se dirán al comienzo de la Junta

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

V. Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado.

R. Y renovarás la faz de la tierra.

Oremos

Oh Dios, Padre nuestro, derrama los dones de tu Espíritu sobre el mundo: enviaste al Espíritu a tu Iglesia para iniciar la enseñanza del Evangelio; que sea ahora tu Espíritu el que continúe trabajando en el mundo a través de los corazones de todos los que creen en Ti. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

V. Señor, ábreme los labios.

R. Y mi boca proclamará tus alabanzas.

V. Oh Dios, ven en mi auxilio.

R. Señor, date prisa en socorrerme.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.

Se reza el Santo Rosario (cinco decenas) y la Salve.

V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.

R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

Oremos

Oh Dios, cuyo Hijo Unigénito, nos obtuvo la salvación eterna por medio de su vida, muerte y resurrección; concédenos a quienes meditamos estos misterios en el rosario de la bienaventurada Virgen María, imitar lo que enseñan y alcanzar lo que prometen. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

V. Sacratísimo Corazón de Jesús,R. Ten piedad de nosotros.

V. Inmaculado Corazón de María,R. Ruega por nosotros.

V. San José,R. Ruega por nosotros.V. San Juan Evangelista,R. Ruega por nosotros.

V. San Luis María de Montfort,R. Ruega por nosotros.En el nombre del Padre, etc.

2. Catena Legionis(Se dirá al mediar la junta. Todo legionario debe rezarla diariamente)

Antífona.- ¿Quién es Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla?

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo; dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona.- ¿Quién Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla?

V. Oh María, sin pecado concebida,R. Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

Oremos

Oh Señor Jesucristo, medianero nuestro delante del Padre, que constituiste a la santísima Virgen, tu Madre, madre nuestra y medianera ante de Ti, haz que cuantos a Ti acudieren para pedirte beneficios se gocen de haberlo conseguido todo por Ella. Amén.

3. Oraciones Finales(Que se debe rezar al concluir la junta)

En el nombre del Padre, etc.Bajo tu protección nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.

V. (Invocación propia del praesidium)R. Ruega por nosotros.(Fuera de las juntas del praesidium, todos los socios dirán la invocación siguiente:)

V. María Inmaculada, medianera de todas las gracias.R. Ruega por nosotros.

V. San Miguel y San Gabriel.R. Rogad por nosotros.

V. Todas las Potestades del Cielo, Legión angélica de María.R. Rogad por nosotros.

V. San Juan Bautista.R. Ruega por nosotros.V. Santos Pedro y Pablo.R. Rogad por nosotros.

(Todos dirán al unísono la siguiente oración hasta el primer Así sea, y luego continuará el sacerdote solo).

Señor, concédenos a cuantos servimos bajo el estandarte de María, la plenitud de fe en ti y confianza en Ella, a las que se ha concedido la conquista del mundo. Concédenos una fe viva, que, animada por la caridad, nos habilite para hacer todas nuestras acciones por puro amor a Ti, y a verte y servirte en nuestro prójimo; una fe firme e inconmovible como una roca, por la cual estemos tranquilos y seguros en las cruces, afanes y desengaños de la vida; una fe valerosa, que nos inspire comenzar y llevar a cabo sin vacilación, grandes empresas por tu gloria y por la salvación de las almas; una fe que sea la Columna de Fuego de nuestra Legión, que hasta el fin nos lleve unidos, que encienda en todas partes el fuego de tu amor, que ilumine a aquellos que están en oscuridad y sombra de muerte, que inflame a los tibios, que resucite a los muertos por el pecado; y que guíe nuestros pasos por el Camino de la Paz, para que, terminada la lucha de la vida, nuestra Legión se reúna sin pérdida alguna en el reino de tu amor y gloria. Amén.

Las almas de nuestros legionarios, y las almas de todos los fieles difuntos descansen en paz por la misericordia de Dios.- Amén.

El sacerdote presente da luego su bendición; si no hay sacerdote:

En el nombre del Padre, etc.

Estas oraciones se rezan en más de 128 lenguas distintas por millones de legionarios de María activos y auxiliares en el mundo.

Nuevamente estamos aquí

Nuevamente estamos aquí, luego de estar desconectado por más de 3 años, durante este período pasamos por momentos difíciles de la cual, nos estamos recuperando, entro en vigor la nueva oficialidad de la curia juvenil; y lo que se aprendio es que ante las adversidades, siempre hay buenas manos y pies que estan dispuestos a pasarse las amargas experiencias con tal de que tú te recuperes, levantes y sigas adelante.

Manteneos Firmes hasta la Muerte